El Ejército de Israel ha ordenado la evacuación de aproximadamente 100.000 personas en la ciudad de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, en anticipación de una operación militar limitada en la zona. La orden ha generado una gran preocupación en la comunidad internacional, que teme que la operación tenga consecuencias catastróficas para la población civil. Según fuentes del Ejército israelí, la operación tiene como objetivo debilitar al grupo militante Hamás, que se encuentra en la zona. Sin embargo, Hamás ha advertido que cualquier operación militar en Rafah no sería un paseo para el Ejército israelí y que su resistencia está lista para defender a la población palestina. La orden de evacuación ha sido recibida con escepticismo por parte de la población palestina, que ya ha sufrido desplazamientos masivos en los últimos meses. Muchos han expresado su confusión y miedo sobre dónde ir y cómo sobrevivir en una zona que ya carece de servicios básicos. La comunidad internacional, incluyendo a Estados Unidos y la Unión Europea, ha expresado su oposición a la operación, argumentando que podría tener consecuencias devastadoras para la población civil. El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha declarado que la operación podría afectar a más de 1,4 millones de personas que viven en Rafah. La situación en Gaza sigue siendo tensa, con ambos lados manteniendo sus demandas principales. Hamás busca un fin permanente a la guerra, mientras que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, insiste en que no puede aceptar una tregua sin una victoria militar. Los mediadores siguen trabajando para alcanzar un acuerdo, pero el progreso ha sido lento. Mientras tanto, la población palestina sigue sufriendo las consecuencias de la guerra, con más de 34.000 muertos y cientos de miles de desplazados. La situación humanitaria en Gaza sigue siendo crítica, con falta de alimentos, agua y medicinas. La comunidad internacional sigue llamando a una solución pacífica y a un fin a la violencia en la región.